A estas alturas ya podemos decir que ha habido cambio con respecto al posicionamiento de la mujer en el mundo de la empresa.  Sí, sí, sí queda mucho por hacer. Por ejemplo en cuanto a ocupación de puestos de responsabilidad, diferencias salariales…; en el aspecto cualitativo, el famoso Techo de Cristal del que venimos hablando, los sesgos inconscientes, la cultura de permanencia…, efectivamente no bajemos la guardia en esos aspectos.

LO IMPORTANTE ES LLEGAR

En el marco de la teoría de kurt Lewin sobre Cambio, ya nos explica que cuanto más empujemos en una dirección más resistencia encontraremos, porque aparecerán nuevas fuerzas contraatacantes. También el viejo e interesante dicho “lo que resiste persiste”, nos abre los ojos que no todo es empujar, sino también cambiar el sentido de las fuerzas, para que sumen en lugar restar a nuestro objetivo.

Definimos en este caso como objetivo, cambiar la situación en las empresas en las que pasamos tan largas jornadas, no sólo sobre el posicionamiento de la mujer en ellas, sino porque realmente se note su llegada en su ámbito de actuación.

Entre las mujeres que han llegado a puestos de decisión,  encontramos valiosas mujeres que se han hecho notar de manera drástica por sus decisiones y Cambios. Otras,  para llegar y mantenerse, se han mimetizado con su entorno masculino, dando continuidad al statu quo.

Obviamente son dos estrategias distintas, la imitativa y la disruptiva, ninguna de las dos es fácil, y lo explico no sin antes aclarar que no son excluyentes y sí meritorias ambas.

LIDERAZGO FEMENINO Y LIDERAZGO MASCULINO

Sin duda tiene mérito llegar a una posición relevante siendo mujer, ejerciendo un liderazgo femenino, con un alto componente de las características más propias, aunque no exclusivas, del liderazgo femenino, como son: la tendencia a consensuar, la empatía , la transparencia en su posicionamiento y gestión, la apertura a la colaboración e intercambio, la actitud constructiva y la eficiencia en todos sus aspectos, especialmente en la gestión de recursos y oportunidades, la ambición de un logro perdurable y sostenible…

Sí, todas las ventajas mencionadas y muchas más, son muy características de la mayoría de las mujeres en posiciones de poder, también de algunos hombres. Sin embargo algunas las ejercen con soltura y convencimiento, incluso en entornos en los que se requiere valentía y asumir riesgos para mostrarse como “mujer total”, siguiendo una estrategia disruptiva, sería el símil de un corta-uñas que por lo sano corta lo que sobra y produce un cambio inmediato.

Otras mujeres prefieren la sutileza del poco a poco, como una lima de uñas. Para no correr el riesgo del rechazo,  poco a poco imitan las formas del hombre, tales como ser más implacables directas e inflexibles en el camino a los objetivos, pudiendo obviar o apartar a los que no suman en su propósito, buscar resultados rápidos por encima de resultados duraderos, respetar las jerarquías para establecer vínculos de relación, disimular o esconder su comprensión a otros que ocupan posicionamientos contrarios, y priorizar rapidez frente a eficiencia; y todo ello con harto pesar de estar impostando su “manera de hacer”, con el convencimiento de que poco a poco irán cambiando las cosas a través de sutiles intervenciones, preguntas inocentes, propuesta de alternativas…, como si de una lima de uñas se tratase que pule y moldea.

Las dos estrategias son válidas e interesantes dependiendo del entorno y la situación, lo más importante es que los cambios se produzcan y que el coste para la promotora de los mismos no sea más alto de lo necesario, no a los sacrificios extremos y mucho menos a los patíbulos más propios de nuestras heroínas antepasadas.

 LA MUJER PROMOTORA DEL CAMBIO

¿Cuáles son las actitudes, habilidades y métodos para afrontar cambios y para promoverlos con eficiencia?, ¿estamos las mujeres especialmente preparadas para el Cambio, o por el contrario tenemos nuestras propias barreras limitantes?.

Repasemos “los imprescindibles” del Cambio, pero esta vez desde la óptica femenina.

Como imprescindible en situaciones de cambio tenemos que citar la Confianza. La confianza en una misma, la confianza en los demás, la confianza en el entorno. La Confianza es un estado de ánimo, y también una actitud.

1.- CONFIANZA

Obvio que la confianza en una misma está relacionada con la autoestima, con nuestro monólogo interior que nos abre o cierra posibilidades de acción en función de la autocrítica, la aceptación de cómo somos, las posibilidades que anidamos de crecimiento y aprendizaje o de derrota y fracaso, nuestros miedos y la lectura que hacemos de nuestras experiencias pasadas.

Probablemente esta actitud sea la que más felicidad y paz reporta a una persona, además goza del efecto boomerang, cuánto más confías en ti y en los demás, mejores resultado tienes y más confían los demás en ti. En este punto las mujeres tenemos cierto recorrido, a veces descubrimos que confían más los demás que nosotras mismas y en nuestras posibilidades,  lo que nos cierra la puerta de postular, y otras tantas pensamos que nadie va a hacer tan bien como una misma determinadas tareas, lo que nos impide delegar.

2.- ASUNCIÓN DE RIESGO

Otro componente con alto peso específico es la asunción de Riesgo. Por supuesto que hacer las cosas de forma diferente y hacer lo que hasta ahora no se ha hecho implica error.  La pregunta es ._¿te permites equivocarte?, ¿te lo permite tu entorno?, ¿qué hacemos con el error?.

Claro que sí, aprendemos de los errores, pero además ¿cuánto espacio tiene que ocupar el error en nuestra cabeza?, ¿vamos a regañar y regañarnos infinitamente por la equivocación, o vamos a pasar página una vez obtenido el aprendizaje?. Y es  que el error es agrio, porque como a un limón se le exprime hasta obtener todo lo posible de él. Por ejemplo las “tomas falsas” de una serie que incrementan el precio de la misma, provoca risas a los espectadores , y luego se tira puesto que no vale para otra cosa. Sin embargo nosotras, arriesgamos poco, no nos permitimos equivocarnos, las peroratas por el error son dañinas e improductivas, con lo cual no nos compensa correr riesgos.

3.- EL MIEDO

Los miedos es la otra barrera que nos frena a arriesgar. Miedos por lo que nunca ocurrirá en el 85% de los casos, pero que somos capaces de recrear en nuestra imaginación. Esa afición femenina a sufrir por los improbables. Sin olvidar esa costumbre de culparnos por no prever el orto 15%, lo maligno que verdaderamente ocurre, recreándonos en el “si hubiera…”.

4.- CREATIVIDAD

Otra competencia para el Cambio es la Creatividad. Nuevas soluciones para nuevas situaciones, dando como punto de partida la  imaginación, generar opciones, enriquecerlas, validarlas, trabajar en las ideas, visualizar el resultado…

Aquí  nos encontramos que las mujeres contamos con un cerebro cuya capacidad de relación y conexión está especialmente desarrollada, lo que nos abre posibilidades infinitas para la creatividad. Múltiples estudios sobre la diferencia entre el cerebro femenino y masculino ponen de manifiesto que los hombres tienen, más lateralidad, es decir, las funciones cerebrales están expresadas más exclusivamente por uno de los dos hemisferios. Por su parte, las mujeres utilizan más los dos hemisferios para razonar y contamos con una gran capacidad holística. Todas estas características nos ponen en muy buena disposición para emprender procesos creativos, entendiendo esta etapa como el paso previo a la innovación.

5.- PLANIFICACIÓN

El siguiente factor clave para la promoción de Cambios es la Planificación. Si siempre es conveniente planificar, ante una situación de Cambio la Planificación es clave de éxito. Incluyamos en la planificación la disposición de método para la implantación y el seguimiento del Cambio que se promueve.

En esta “asignatura”, sin duda las mujeres obtenemos una nota de notable alto a sobresaliente, generalmente asociada a nuestra necesidad de controlar todo. Acostumbramos a meter en nuestra planificación lo posible, lo probable, lo imprevisible…, organizado por fases, etapas y tareas, con estimación de recursos, previsión de riesgos y planes alternativos. Eso sí, a veces se nos olvidan dos cosas con respecto a la planificación;, la primera es que los planes son para cambiarlos y prácticamente no cumplirlos según la versión original; y la segunda es que los planes hay que compartirlos para que cada uno asuma su responsabilidad en ellos, y no cargar con el 100% .

6.- URGENCIA

La Urgencia es el último “imprescindible” para promover el Cambio.  En esta ocasión es la gestión de prioridades, que no del tiempo. No es el tiempo que no tienes el que te impide promover el Cambio, sino lo que haces con el que tienes.

Demasiado habitual querer cambiar algo abriendo una nueva pestaña para el tema del que se trate, abriendo huecos donde ya no los hay, buscando sobras donde ya no queda.

Cuando hacemos una hucha, por ejemplo para reformar la casa, ir metiendo lo que sobra y no sacar nada para tapar imprevistos, puede ser un proceso tan largo, que cuando veamos la hucha llena el objetivo probablemente no sea tan ilusionante. A veces, hay que tirar los tabiques de inmediato, para que sea imposible continuar viviendo bajo un techo que se cae, así los que vivimos en ella necesitamos con urgencia levantar la nueva distribución.

Por eso, resumo “los imprescindibles” para la promoción del cambio desde cualquiera de las dos estrategias, corta uñas o lima, son: Confianza, Asunción de Riesgo, Creatividad, Planificación y Urgencia.

Los resumo en una actitud que nos permita observar e interpretar lo que nos rodea como una oportunidad para cambiar, crecer, para divertirnos, para generar valor… No es necesario que descubras la piedra filosofa,l pero sí es conveniente  “que se note que has llegado”.

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